Estas son las palabras de Francisco Pérez, profesor de Geografía e Historia, durante la presentación del libro en la Asociación Cultural Labanda, el pasado 29/1/23. Su lectura me llena de orgullo y un profundo agradecimiento. Pasen y lean.
Algunos de vosotros conoce a Jorge Ruiz mejor y desde hace más tiempo que yo. Por tanto, no os voy a descubrir nada sobre su persona. Sí quiero destacar en el autor de IBERIA, su pasión por los libros, por los documentos escritos, por los testimonios que quedan de acontecimientos decisivos para el progreso del conocimiento científico, de la evolución de nuestra sociedad y, particularmente, de los avatares que los individuos sufrimos y gozamos.
Jorge es de los que se preguntan «qué hay que hacer» en vez de «quién tiene la culpa»: pasa a la acción tras pensar y decidir, no le duelen prendas en pedir ayuda o consejo y devuelve con cariño cada favor. O con cañas y torreznos, excelentes intermediarios.
Y así fue, con unas cervezas en una terraza del barrio, como surgió el tema, la duda o el dilema que me acompaña desde que estudié Geografía e Historia por los años 70 del siglo pasado: ¿Es determinante la acción de los individuos en el devenir histórico o sólo la estructura económica y del poder explican la realidad y la evolución de las sociedades? Aún sigo con las dudas. ¿Y SI ….?
Por poner un ejemplo que probablemente entendáis: plantearos cómo podría haber cambiado la evolución política de los últimos años y la vida de muchos de vosotros y nuestros conciudadanos si cuando coincidieron en “La Tuerca” los jóvenes Isabel Díaz Ayuso y Pablo Iglesias Turrión hubieran tenido y prolongado una relación sentimental. Ése sería un “punto de divergencia” o “punto JONBAR” a partir del que podríamos fantasear, a ser posible (insisto) con una cervezas y unos torreznos.
Felipe II fijó la Corte Real en Madrid, ¿qué podría haber ocurrido si se hubiera inclinado por Lisboa? Hispania, Iberia … por ahí comenzó Jorge a indagar. El resultado es una novela dinámica y entretenida de la que cada lector, seguro, disfrutará.