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LA CRISIS CLIMÁTICA (1)

 

LA CONTAMINACIÓN

 

Conviene diferenciar entre tiempo meteorológico y clima. Cuando hablamos del primer caso, nos estamos refiriendo a las condiciones meteorológicas en un momento concreto. Por ejemplo, hoy hace un día lluvioso. En el segundo caso, nos referimos a las condiciones que son habituales en un lugar determinado. Es decir, el clima en Andalucía en cálido.
La contaminación es uno de los graves problemas que enfrenta la humanidad. En los últimos 100 años el aire, el agua y el suelo de nuestro planeta han experimentado los efectos de este fenómeno a gran escala, siendo la responsable del cambio climático que está sufriendo el planeta.
Los cambios climáticos ha existido desde el comienzo de nuestro planeta como tal. Se ha debido a múltiples causas y en la mayoría de los casos, por la suma de varias. En el pasado algunos de estos cambios climáticos se ha debido a causas tales cómo los cambios en los parámetros orbitales, el vulcanismo, caída de meteoritos, cambios en la radiación solar y otras.
Sin embargo, los cambios que están observando los científicos y sufrimos todos los habitantes de la Tierra en las últimas décadas, se debe sobre todo a causa de las actividades humanas, contaminación antropogénica. La contaminación se produce cuando se incorporan al ambiente, de manera natural o artificial, elementos biológicos, químicos o físicos que lo alteran, perturbando el equilibrio ecológico, poniendo en peligro la supervivencia de miles de especies y afectando de manera adversa la salud humana. La contaminación trasciende las fronteras de los países y daña a la naturaleza de manera drástica, a veces de forma irreversible. Ejemplo de los muchos perjuicios que ocasiona son el cambio climático global, la alteración de los ciclos naturales de intercambio de materia y energía, la eutrofización de los lagos, las mareas negras y la degradación de los suelos, entre varios otros.
Es bastante común decir «el aire está sucio» o «el aire está contaminado». Llamamos aire a la mezcla de gases existente en la atmósfera. El aire puro (tiene gracia hablar de aire puro), contiene un 78% de nitrógeno, 21 de oxígeno y cantidades muy pequeñas de dióxido de carbono, metano, hidrógeno, argón y otros.
La atmósfera terrestre es un sistema dinámico de gases en continuo intercambio de materia y energía con el medio ambiente del planeta. Está compuesta por varias capas, siendo la más importante para la vida, la troposfera, dado que es ahí dónde se producen los cambios meteorológicos y climáticos que nos afectan.
La mayor parte de la contaminación del aire es resultado de la adición de gases contaminantes, en su mayor parte originados por la actividad humana en las emisiones industriales procedentes de la quema de combustibles fósiles, así cómo del transporte (coches, camiones, autobuses, barcos y aviones), o la emisión de disolventes, limpiadores y otros contaminantes propios de la actividad humana.

Contaminación

Sin duda, el transporte es el que emite unos contaminantes especialmente peligrosos para la salud del planeta. La combustión de los motores emiten hidrocarburos, monóxido y dióxido de carbono, óxidos de nitrógeno, azufre y otros metales pesados.
Conviene señalar cuáles son las fuentes emisoras. Cuándo se conoce de dónde proceden, se les denomina como fuentes puntuales. Es decir, los desagües de plantas químicas o las chimeneas de una central de carbón. Por el contrario, si se tiene dificultad en determinar el origen, se dice que provienen de fuentes no puntuales. Un caso de este tipo serían los plaguicidas que llegan a los ríos desde campos de cultivo situados a kilómetros de distancia.
La gravedad de los efectos producidos por las sustancias contaminantes, se miden por su naturaleza química, por su concentración y por su persistencia. Es decir, lo activa y nociva que sea, por la cantidad presente por unidad de volumen y por cuanto tiempo permanece en el ambiente o en los seres vivos.
Los contaminantes se han convertido en un grave problema de salud pública a nivel mundial. Los daños que causan dependen tanto de su naturaleza como del tiempo que se ha estado expuesto a ellos. Sus efectos pueden ser tóxicos (causan alteraciones en el sistema nervioso central), carcinogénicos (provocan cáncer), mutágenos (generan cambios en el ADN) y teratógenos (originan malformaciones y defectos congénitos). Los metales pesados, las partículas suspendidas y diversos compuestos orgánicos e inorgánicos, presentan relación directa con este tipo de padecimientos, que cada año matan a millones de personas. Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señalan que sólo la contaminación atmosférica provoca anualmente siete millones de víctimas fatales en todo el mundo, mientras que la del agua es responsable de, al menos, otros doce millones.
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