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Las cruzadas vistas por los árabes

Ayer, paseando con mi hija por los puestos de libros de la Cuesta de Moyano, vi uno que había leído en la biblioteca digital e-biblio (muy recomendable con miles de libros para leer), Las cruzadas vistas por los árabes, de Amin Maalouf. Sin embargo, quería tenerlo en papel para consulta sin apremio de tener que leerlo en un tiempo determinado. Es una primera reimpresión de 1989 por 5€.

Maalouf ha escrito una «novela» desde un punto de vista que no es el habitual (ya sabemos que la historia la escriben los vencedores), y más en este caso. A través de 300 páginas, en esta edición, compendia una época que transcurre desde la caída de Jerusalén en 1099 hasta la toma de Acre a manos del sultán Jalil en 1291.

Está basado en historiadores de la época, tanto árabes como frany (forma en la que denominaban los musulmanes a los occidentales en su mayoría francos). No es un ensayo histórico, insisto, sino una novela que se lee muy bien. Y tiene, a mi juicio, un épilogo de mucho valor, donde se hace una serie de reflexiones que nos valen también a nosotros. Parte del hecho de que en apariencia el empuje del Islam arrastra un desastre para la propia Europa: cae Constantinopla en 1453 y en 1529 los soldados turcos otomanos acampan en las murallas de Viena.

Pero insiste en una idea: los frany consiguen crear instituciones estables en Oriente, los musulmanes están en quiebra permanente ya que la sucesión originaba guerras civiles. Los extranjeros aprenden la lengua árabe, asumen los avances en astronomía, química, matemáticas… de los árabes. Por el contrario, se considera una traición aprender la lengua de los invasores. Y todo ellos llega hasta nuestros días.

El resultado de las cruzadas siguen marcando, aún, las relaciones del mundo árabe con Occidente ocho siglos después. Sería prolijo detallar todo lo que encierra este libro, pero baste esta cita para ilustrar la densidad del mensaje del libro: el turco Al Agka dispara el 13 de mayo de 1981 al papa y deja escrito «He decidido matar a Juan Pablo II, comandante supremo de los cruzados».

Un punto de vista que nos enriquece. Muy recomendable su lectura.

 

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